Nuestro Pan Diario

Mensaje Dominical: REGRESANDO A CASA. Domingo 01 de Abril 2012

VAMOS A CASA

(Apocalipsis 21:1-5)

Introducción: Quiero hacerles una pregunta. Cuantos alguna vez han anhelado estar en casa? Jeje, posiblemente sea la pregunta con mas respuestas posibles, porque hay de los que están aquí dicen: Sabes, yo estoy fuera de casa hace mucho tiempo, hace muchos años que no regreso a lo mio, a la casa de mis padres, a mi ciudad. Pero yo hablo de no necesariamente lo geográfico, sino, al estar en casa al amplio sentido del hogar. De sentirse que no hay una taza de café como la que tomas en tu casa, que no hay una cama como la de tu casa, que no hay una mesa como la tuya. Yo muchas veces tuve esa sensación de estar… la desesperación de estar en casa. Yo pregunté: cuantos se sentían lejos de casa, porque a veces los imprevistos, nos hacen sentir que en esta tierra no estamos en casa. No estamos familiarizados con la muerte, con el dolor, no estamos familiarizados con las malas noticias, nos anestesiamos (que es muy diferente), pero no estamos familiarizados.

Algunos dicen que este no es nuestro hogar. Yo siempre estuve muy en contra de esos mensajes que, proclaman solo lo que vamos a tener allá más allá del sol y mientras aquí estaremos arruinados. Yo no creo eso. Yo creo en una vida en victoria, la predico a diario. Pero nada más quiero decirles que a mi me fascina pensar que el regreso al hogar está cerca. Que este, indudablemente no puede ser mi hogar. Y tal vez tu te has sentido fuera del hogar cuando tu padre te abandono, cuando de niño sufriste una injusticia. Quizás no fue un abandono o una mancha en el corazón lo que cambio tu mente e hizo trizas la tranquilidad y la paz de tu familia.

El funeral de un ser querido, la pérdida de un hijo, un hogar dividido, la perdida de un amigo… algo que te diga que esto no es tu hogar. Alguien dirá: Sabes, yo no estoy familiarizado con esto. La Biblia dice que él nos ha puesto en nosotros literalmente, una eternidad en nuestro corazón. Es decir, que en lo profundo de nuestro corazón que este no podría ser nuestro hogar definitivo.

– Tú no construirías una cama doble al descanso o al costado de una carretera.

– Tu no construirías un apartamento en un vuelo comercial allí donde te pusieron para sentarte porque sabemos que es pasajero.

– No vas a la playa y te construyes una gran casa de madera junto a la playa para pasar el día… saben que solo para pasar el día a lo sumo puedes hacer una tiendita o una lona para que la arena no te ensucie o no te moleste, pero no construyes un gran hogar para ir un día a la playa, de paso.

Ahora mis queridos, el mayor problema que tenemos los seres humanos, no es extrañar casas, sentirnos fuera del hogar cuando estamos fuera del hogar. La mayor catástrofe sería sentirnos que estamos en nuestro hogar cuando realmente no lo estamos. Ese sería nuestra catástrofe. Y hoy quiero transmitirles una palabra a aquellos que dicen: “Tengo una angustia pastor, desde hace años que no sé que es. Porque en la vida me va bien, porque la vida me ha sorprendido últimamente y yo tengo motivos para ser feliz, pero conservo una angustia que muy pocos saben. Acaso mi esposa o esposo, los parientes más cercanos… pero tengo una angustia profunda que a veces me cuesta respirar.”

No hablo de depresión, ni de tristeza prolongada, ni de ansiedad no resuelta… hablo de esa pequeña angustia que te hace sentir como que al fin y al cabo tú no eres de aquí. Ahora, el Señor quiere que tu estimules tu hogar antes de ir al cielo… Quiénes tienen ganas de ir al cielo? No ahora, nadie tiene apuro eh… pero cuantos saben que tenemos una patria celestial? Digan amen-amen. Ahora… envejecer nos recuerda que vamos a casa. El envejecer nos recuerda diario de que estamos más cerca del hogar. Usted dice: yo no vine hoy para que me depriman. Déjenme terminar…

Los primeros 20 o 30 años de tu vida no te preocupas por nada. Rebozas juventud. Pues jugar al futbol en el caso de los varones… puedes no afeitarte por dos o tres días y verte elegante, en el caso de los varones (y algunas mujeres)… puedes pasar todo un día de vacaciones y no pasa nada y todavía por la noche desvelarte… pero hay un momento cuando pasas las 3 décadas de tu vida, a los 35 años que el cuerpo te va diciendo de que ya las cosas no son iguales. Hay momentos que lo que no te duele es porque ya no funciona. Jeje.

El tiempo es un gran ayudador para olvidar los males. Nos han dicho las abuelas: El tiempo va a curar toda herida. Pero es un pésimo cosmetólogo. Lo que estaba firme se empieza a caer, ya las cosas no están en su lugar y entonces entramos en el amanecer de la vejez, en los capítulos iniciales de la última parte de nuestra vida y decimos: “Pero eso es muy triste, yo no quiero hablar de eso.” Yo no digo: Te vas a morir mañana. Lo que digo es que esa fue una idea de Dios para recordarnos que de apoco vayamos recordando que este no es nuestro hogar y que nos estamos preparando para ir a un nuevo hogar.

Pero empiezan los mensajes sutiles de la mortandad a decirnos: Sabes, tienes que irte a tu hogar, este no puede ser tu hogar, no puedes navegar en la oscuridad como un niño dentro el feto durante toda tu vida. Los mensajes sutiles vienen. Yo recuerdo el primer día cuando me trataron de usted. Ustedes deben recordar eso alguna vez. Los jóvenes que no lo han vivido, algún día lo harán. El primer día cuando te tratan de usted tu dices: Que paso? Porque me trata de usted? Yo lo recuerdo porque a mi me traumó, me cambio y me cambió para siempre. Recuerdo que fue en una iglesia grande en Monterrey, tenía como 26 años, y de pronto una hermana tendría como unos 20 y entonces ella me dijo: Gusta sentarse señor? Y yo la miré y dije: No me estas mirando bien. Y le dije: Gracias, con permiso. Claro que si oiga… y dije: Por qué esta con espíritu extraño me trata de usted. Yo soy joven… y siguen los mensajes útiles.

Un día tu esposa dice: fíjate en el medicamento acerca de las contraindicaciones para los efectos y miras las instrucciones, pero no lees… jeje y lo alejas. Ese día empezaste a envejecer… algo en la vita no esta bien. Mi esposa dice: Porque te lo alejas? No me lo alejo, me gusta tener las cosas en perspectiva. Cuando tu ropa esta más encaminada a tapar que a mostrar, eso también. Cuando éramos jóvenes, yo tenía una camiseta que se me marcaba los brazos, era bien ajustadita y hace poco dije: Me la probaré otra vez, me he mantenido en forma. Parecía una fajita mexicana que se rompe por abajo. Dije: qué le pasó? Se achicó la ropa… jeje.

Yo he cambiado. Y algo me dice que ya no tengo el físico que anos antes. Me considero un hombre joven, pero ya no tengo el físico. En ocasiones estoy haciendo una carne asada para mi familia o amigos y tenemos un sobrinito que me dice: Jugamos a la pelota? Estoy cuidando la carne. Y él me dice: Dale, solo son 10 minutos. Y digo: Lo cansaré a los 10 minutos y le sigo. A los 5 minutos se me salía el pulmón por la boca. A los 5 minutos le dice: sigue tu porque s eme esta quemando la carne… cuando dices eso no se te esta quemando la carne, sino la juventud. Al otro día me dolía todo, no me podía moverme. Le dije a mi esposa: No puede ser que estoy fuera de condición. Y es que algo nos está diciendo como alarmas, alertas de que ya no es lo mismo.

Nuestro buró de casa empieza a llenarse de medicamentos. Primero están en la farmacia y luego en tu casa y se instala para siempre en tu hogar y se quedan a lado de ti siempre. Y cuando los medicamentos llegan a lado de ti y los llevas a todas partes es porque estas realmente enfermo en una etapa final.

He leído un libro llamado Monólogos y habla de la vejez y nada más lo menciono porque quiero citar al autor, para que no me haga un juicio y dice el libro: ¡Que alegría cuando nuestras charlas giran alrededor de nuestro análisis medico!:

– Qué alegría tengo 96 miligramos de glucemia.

– El hematocrito me bajo.

– 209 de plaquetas

– Los leucocitos están mejor.

– La orina me salió bien.

– Tengo unos neutritos urinarios barbaros.

– Mi próstata es está bien.

Cuando decimos esas cosas que nadie entiende, es porque miramos nuestros análisis como miramos el santo grial. Y ello significa de que el Señor nos esta diciendo: Está cercándose la hora de irte a casa. Y ustedes dirán: Pero eso no me eleva, eso me deprime.

Ahora, esto es lo que quiero trasmitirles. Lloran los jardineros porque el tulipán de pronto de pone más débil? Por el fallecimiento de un tulipán? Dice un autor conocido: No compramos fajas para tulipanes, ni crema para las arrugas de pétalos, ni consultamos cirujanos plásticos para hojas. Los jardineros se alegran cuando se debilita y dicen: “Observa…va a florecer”. Yo me pregunto si en el cielo alguien mirará a nuestra abuelita en el hospital y dirán los ángeles: “Observa a esa señora en el hospital…va a florecer” “Mira a esa persona enferma del corazón, vendrá a casa pronto”. Está apunto de florecer. Como hacen los jardineros con los tulipanes, así funcionan. Cuanto más arrugadito está es porque va a florecer y porque va a pasar su mejor momento. Yo tengo una noticia: Todo lo que te preocupa, todo lo que hoy te parece una gran montaña, la Biblia dice que todo está bajo control. Yo tengo preparado cosas mejores que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre. Quienes lo creen? Amen- Amen.

Ahora, yo no quiero que se vayan ustedes pensando en que se van a morir pronto y allá lo voy a tener pronto. No! Lo que intento es que cambies tu actitud de pasar por la vida. Porque cuando sabes que este no es tu hogar y sabes que iras a casa pronto, cambias tu actitud. Sufren muchas personas al viajar cada rato y sufrimos cuando lo hacemos. Porque insisto, no nos gusta comer comida que no hacen la esposa. No me gusta dormir en una cama de hotel aunque sea lujoso. Extraño mi casa a horrores. Saben lo que me ayuda a pasar esa etapa? Saber que volveré a casa. Me imagino lo que podría yo pasar sabiendo que ya no tengo una casa a donde regresar. Pero llamar por teléfono y decir: Yoseline, faltan 2 días! Y a veces es cómico porque estoy en la oficina o con un cliente y me dice: Se cierra el negocio? Eso no es lo importante, porque regreso a casa. Eso hace que te pares con una actitud diferente. Tengo un sitio a donde volver.

El problema es cuando no tenemos un sito a regresar. El problema es cuando no tenemos una casa para volver. Pero cuantos creen que tenemos un sitio donde volver pronto? Cuantos creen que nuestra casa celestial nos espera allá?

Miren lo que dice Pablo a la iglesia de Filipos. Nosotros también gemimos dentro de nosotros esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Una famosa escritora dijo lo siguiente: Una de las cosas, pocas cosas que aprendí acerca del arte de escribir un libro es: Gástalo todo. Juégalo. Piérdelo de inmediato cada vez no te reserves lo que parece bueno para un momento más avanzado del libro para otro libro. Cada vez que te pongas a escribir, entrégalo todo porque nunca sabes cuando te irás a casa.

Lo que el Señor está diciendo es: No amontones ni riquezas, ni estés ansioso por el día de mañana, como hemos hablado mucho. Bástate el día con su afán, porque este no es tu hogar. Solo disfrútalo, no te tomes la vida tan enserio. Woody Allen dice: No te tomes la vida tan enserio porque nadie sale vivo de ella. Yo puedo decirte, no te tomes la vida tan en serio, porque esto no es la vida, esto recién empieza. Dios tiene lo mejor reservado para ti. Ay! de los que se envejecen y salen a pescar y dicen: Bueno ya me retiré y me voy a pescar. Ay de los que envejecen y salen a casar. Otros salen a cazar su sueño todavía.

JP dijo a los 95 años: Puede ser que mi vista se esté desgastando, pero mi visión s esta incrementando cada día más. Soy más sabio que hace unos años más atrás. Porque la ida nos va haciendo más sabios. El general McArthur dijo: Envejecer no es acumular una gran cantidad de años. Porque cualquiera puede envejecer simplemente acumulando años. La gente envejece al abandonar sus ideales o sueños. Los años te pueden arrugar la piel, pero el abandono del interés o de una visión te puede arrugar el alma. Lo dijo el general McArthur.

Lo que trato de decir iglesia es: El saber que vamos a casa, nos tendría que posicionar de un modo diferente. No vale la pena preocuparse y afanarse por lo que lo haces ahora. La Biblia lo enseña: Todo va a pasar no tienes que preocuparte. Y tu dices: Lo que hoy estoy viviendo estoy seguro que no va a pasar y durará toda mi vida. El Señor dice: Todo está bajo control. Pensamientos de bien tengo para ti y no de mal. Tranquilo porque a medida que pasan los meses y los años y a medida que vas caminando un año más conmigo, estás más cerca de tu hogar. Mañana será mejor para ti, pasado será mejor que mañana. Que alguien diga Amen-Amen. Lo mejor esta por venir!

Apocalipsis 21:1 dice lo siguiente: 1Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existía más.2Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido. 3Y oí una gran voz del cielo que decía: He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. 4Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. 5Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Juan ve en visión todo esto y dice: Nos espera esto, somos como una novia bien ataviada. No se en cuan tos casamientos estuviste pero no hay novias feas. Alguna que otra tiene un peinado feo, pero lo general las novias suelen estar bonitas. Tengan 20, 30 u 60 años. Tienen algo que las hace puras. Hay algo que les da un algo especial alrededor casi místico. Y Juan describe el cielo y dice: Es como una novia recién ataviada. Y sigue y dice más: No habrá lágrimas, el Señor enjugará toda lágrima.

Imagino el dedo de Dios diciendo: Ya no llores. Y su suavidad nos secará las lágrimas para siempre y no tendremos necesidad de llorar. Cuando piensan en eso, no les dan ganas de ir casa? Imaginen un sitio donde no tengan que sufrir, donde no haya lágrimas, donde todo sea alegría, donde no haya tristeza, donde no tengan que decir a Dios nada. Donde no haya ni siquiera muerte. Te imaginas un mundo sin ataúdes? Sin funerales? Sin una palada de tierra sobre un cajón negro? Te imaginas un mundo donde no tengas que decir adiós. Donde nunca tengas que despedirte de nadie. Porque el Señor ya venció la muerte! Cuantos tienen ganas de ir a casa? Este no es mi hogar! Tenemos que creer que este no es nuestro hogar. Aunque aquí viva la muerte, donde esta muerte tu sepulcro. Donde esta oh sepulcro tu victoria, donde esta tu aguijón? Porque hay algo más grande allá. Cuántos dicen Amen-Amen?

Me fascina pensar que no habrá lágrimas, ni muerte y me gusta esto. El Señor: Yo haré todo nuevo. Me fascina pensar eso. Tengo una palabra de aliento para lo que vieron partir a los seres queridos: No encontrarás a tu abuelito, a tu papá como lo viste partir. Así el cáncer haya hecho estragos en su cuerpo, no lo verás así. Y lamento si esa es la ultima imagen que te ha quedado de él, porque lo verás rozagante, rebosante, lo veras con ojos brillantes en su mejor momento, como un hombre joven. Él esta diciendo: te estoy esperando en el hogar. Cuando llegues, aquí todo esta perfecto, todo esta bien. Todas las cosas son hechas nuevas. Volverás a hacer el niño que perdiste. Volverás a hacer el joven que quedo atrás. Los años perdidos volverán, tendrás la vitalidad que creíste que nunca más regresaría. Cuantos quieren volver a casa? Digamos amen-amen.

Y saben una cosa? Dios te dará un nuevo nombre. Pero me fascina que la Biblia dice: Al que venciere, yo le daré a comer el maná escondido y le daré una piedrecita blanca y en la piedrecita escrito un nombre nuevo. El cual ninguno conoce, sino aquel quien lo recibe.

Tiene sentido. Le decimos a nuestra hija: “Princesa”. “Campeón” al hijo. Así que el Señor dice: Sabes, el futuro es tan bueno que amerita un nombre nuevo. Lo que viene por delante es tan bueno que ningún hombre común puede hacer. Así que no creas que vas a conservar el nombre. Te lo van a cambiar. Allí no serán ni Graciela, ni Martin, ni Antonio, ni Maria, etc. Tu nombre cambiará.

Yo no sé cual es el nombre que tiene reservado para mí. Yo quiero llamarme no se, algo sencillo. Hércules…! Jeje. Pero no sé que nombre el Señor me va a poner. Pero me fascina eso. Yo sé que me olvidaré de ese nombre. Y si aquí te han puesto un nombre que no te gusta. Infectado, enfermo, separada, engañada, divorciado, ilegal… olvídate. Nadie te recordará nunca más por esos nombres. Nunca. Tú serás príncipe, campeón, hijo de Dios, vencedor, el hijo del Rey de reyes. Tu nombre va a cambiar para siempre, cuantos lo creen? Digan amen-amen!

Por eso tengo ganas de ir a casa. Por eso la vida se me hace sencilla y no me preocupo por nada. Ando viajando liviano por la vida porque, yo sé que este no es mi hogar., simplemente estoy aquí de vista. A mi historia y a tu historia le falta el mejor capítulo. Cuantos lo creen? A tu concierto, todavía le falta tu mejor canción. Un gran compositor, guarda su obra maestra para el final, porque Él te espera en casa. Pronto estarás en casa y cada segundo es un paso dado. Cada día es una página que da vuelta. Cada año que pasa es una milla registrada, estas más cerca de casa de lo que piensas.

Y para que te lo lleves en el corazón y en el alma: El Señor quiere que viajes liviano. Que dejes la carga de la preocupación a los pies de la Cruz. Y la carga del abandono… a los pies de la Cruz. Y la culpa, a los pies de la Cruz. Solo se te permite llevar una mochila. Solo una y la nostalgia por regresar a casa, esa la puedes llevar, y cuando te encuentres cara acara con el Señor y él mencione tu nuevo nombre (Oh) no hay un solo día que no piense en eso. Saben, el momento cuando él mencione mi nombre (y he soñado con eso más de una vez) no sé porque, pero me veo más grande obviamente o más viejo. Pero llego a las puertas del cielo y me quito la mochila como un soldado que regresa de la guerra y la tira a un costado del camino porque se encuentra con su esposa o familia. Yo sueño con eso. Todo me dice que este mundo va a cambiar para empeorar. Y yo quiero irme a casa. Por eso quiero vivir en santidad, porque tengo mi pasaje de regreso y lo veo cada día. Señor, ya falta poco. Nada de aquí me puede hacer quedarme.

Si Dios me da una casa Gloria a Dios. Y si tengo que rentar, Gloria a Dios. Si puedo tener un auto bueno y del año yo lo disfrutaré. Pero si no… creen que eso quitará un ápice de alegría? Creen que mi gozo esta regulado por el auto que manejo? Creen que tu gozo esta regulado por los títulos que portas? Bueno, pero la vida se maneja más fácil. Claro que si, no hablo de eso. Solo digo… tu eternidad no depende de eso. No te fascina, no te fascina pensar que tu eternidad no depende se eso? Que te estas arrugando porque el tulipán va a crecer, porque vas a florecer? Eso me fascina pensar que falta poco y estaremos en casa.

Tengo ganas de estar en un sitio donde ya no llore. Donde no tenga miedo por mi familia. Donde no tenga que despedir a mis seres queridos, donde no haya más funerales, ni ataúdes. Tienen ganas de ir a casa? Cuántos tienen ganas de ir a casa hoy?

Bendiciones!

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Miguel Ángel Tellaeche Bechelani.
Iglesia Bautista La Casa de Dios.
Hermosillo, Sonora, Mex.
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